A través del popular sitio de reparaciones iFixit, nos hemos enterado cual es el principal culpable de la reciente ola de “drifting” que han experimentado varios DualSense del PS5.
El “drift” o “drifting” es el término comúnmente utilizado para describir el movimiento involuntario de los joysticks de diversos controles de videojuegos, haciendo que los movimientos dentro de un juego o de un menú sean erráticos.
En el caso del PS5 diversos usuarios han manifestado que han tenido este defecto en sus DualSense, lo que incluso llevo a que se hiciera una demanda colectiva en Estados Unidos debido a la dificultad para hacer valida la garantía del producto.
El equipo de iFixit descubrió que uno de los sensores utilizados dentro de los joysticks del DualSense tenía un ciclo de vida relativamente bajo. Si bien la vida de operación del potenciómetro que permite el movimiento de los joysticks era de alrededor de 2 millones de ciclos, el otro sensor que mide la presión de los botones L3 y R3 tiene solo una vida de operación estimada de 500 mil ciclos (todo indica que utilizaron sensores bastante baratos).
Quizá estos números parezcan altos, pero al trasladarlos a horas de juego se da un estimado de 400 horas de uso antes de que el DualSense presentará algún grado de “drifting”.
Este número sería fácilmente alcanzado en unos cuentos meses si jugamos varias horas al día, o en poco más de un año si jugamos una hora al día en promedio.
Esto sin duda es una llamada de atención para Sony, en caso de no mejorar el tiempo de vida de los DualSense puede perder una considerable cantidad de dinero al hacer cumplir la garantía de los controles y sobre todo pierde la confianza de sus consumidores.
Como nota no es la primera consola que tiene problemas de “drifting” en sus controles, pero si es una de las consolas en la que más rápidamente puede aparecer este problema (una distinción que ninguna compañía de videojuegos desearía tener).