Según una fuente muy cercana a Nintendo esta compañía le pago una cierta cantidad de dinero sin revelar (se especula que varios millones de dólares) a desarrolladoras third party reconocidas (entre ellas EA, Activision y Ubisoft) para que no sacaran la mayoría de sus juegos más mainstream en el Wii U ya que esto solo atraerían a niños rata que podrían contaminar al público tan selecto que tienen ahora y bajar las ventas de su software.






